MOVIMIENTO MAGISTERIAL: TREINTA AÑOS DESPUÉS.

Isidoro Yescas ( IISUABJO).

En el mes de mayo del año en curso el magisterio oaxaqueño agrupado en la sección 22 del SNTE cumplirá 30 años de vida como sección disidente del CEN del SNTE y como uno de los muy contados movimientos sindicales en México que ha demostrado no solamente una enorme capacidad de respuesta frente al Estado y otros adversarios políticos , sino también una gran capacidad de organización para crecer y fortalecerse internamente. La disputa por el control del poder sindical que en el 2005 dio origen al Consejo Central de Lucha y que luego se convertiría en la sección 59 del SNTE, no dejó de constituir un factor disruptivo que sin embargo nunca puso en riesgo el control de la base magisterial por parte de los líderes seccionales y las corrientes sindicales.
En 30 años de vida independiente, el movimiento magisterial oaxaqueño se ha convertido en una escuela de lucha sindical, política y social cuyo modelo de organización y control interno no ha podido reproducirse con éxito en ninguna otra sección sindical del país .
Sin duda hoy en día es una fuerza sindical y política consolidada con influencia y liderazgo social dentro y fuera de Oaxaca, como lo demostró en el 2006 cuando se constituyó en la columna vertebral de ese amplio pero no menos difuso movimiento político-social que pretendió derrocar al gobernador Ulises Ruiz Ortiz.
Se trata de una experiencia casi inédita en México que surgió en 1980 como una expresión de hartazgo hacia el cacicazgo ejercido por Carlos Jongitud Barrios y su grupo político-sindical denominado Vanguardia Revolucionaria.
El movimiento emergió con el objetivo de luchar por demandas económicas que la dirigencia vanguardista del SNTE - vinculada orgánicamente al PRI- se negó a encabezar, pero sobre todo para democratizar a su sección sindical que para entonces agrupaba a poco mas de 21 mil trabajadores de la educación.
Pero al lado de estas fortalezas, la sección 22 también registra debilidades y asignaturas pendientes relacionadas con el ejercicio del poder sindical, con el papel preponderante ejercido por las corrientes sindicales , con la no vigencia de valores democráticos como la tolerancia y la libertad de expresión y con su pobre compromiso con la educación. A fuerza de privilegiar los paros de labores docentes y las movilizaciones para enfrentar a sus adversarios, el magisterio de Oaxaca sigue posponiendo su histórico compromiso con la educación sin que todavía se advierta un cambio de rumbo en este sentido. Por supuesto que de tan grave omisión no han sido ajenos los gobiernos federal y estatal, renuentes desde hace mucho a asumir sus obligaciones y, sin duda, corresponsables del grave rezago educativo que registra nuestra entidad.
Si bien es cierto que el magisterio agrupado en la sección 22 del SNTE es una organización sindical comprometida y solidaria con las luchas democráticas de Oaxaca y del país y que, además, ha demostrado una gran capacidad de organización y de respuesta frente al Estado, tampoco ha sido un ejemplo de sindicalismo independiente ajeno a prácticas antidemocráticas y clientelares. Por ejemplo, para la promoción, escalafón y el otorgamiento de todo tipo de prestaciones laborales de sus agremiados tienen mas peso los puntajes otogados por la participación política y sindical que la antigüedad o el desempeño docente. Y lo mismo ocurre con los Principios Rectores que norman su vida interna desde 1982 y que se han convertido mas que en un cuerpo normativo para democratizar su vida sindical en un instrumento de control y manipulación de las dirigencias seccionales.
La incorporación de cuadros magisteriales en el aparato burocrático del IEEPO tampoco se ha traducido en una mejora sustancial del quehacer educativo. En cambio, ha servido para reproducir prácticas clientelares similares a las ejercidas por sus viejos adversarios de Vanguardia Revolucionaria como el tráfico de influencias, la venta de plazas y la promoción de ascensos en función de afinidades políticas y grupales.
Uno de los grandes pendientes que aun se tienen en la sección 22 del SNTE es el que se relaciona con el ejercicio del poder sindical .
En este renglón aún hace falta mayor tolerancia con aquellas expresiones individuales y colectivas que en diversos momentos ha intentado ejercer su derecho a la crítica hacia sus dirigentes seccionales . Lo que ocurrió en el 2005 con el sector de maestros que se atrevieron a disentir de la línea establecida por la dirigencia sindical seccional y que luego se vieron obligados a renunciar antes de ser sometidos a un juicio sumario de expulsión, es una clara demostración de esta ausencia de democracia interna.
Al lado de su fortaleza política y liderazgo entre el movimiento social de Oaxaca, el magisterio de la sección 22 del SNTE tiene aún, después de casi 30 años de lucha, una fuerte deuda con la educación en Oaxaca. Hasta ahora, y pese a sus compromisos públicos, ningún intento serio se ha observado para avanzar en ese sentido, como tampoco para ensayar nuevas formas de presión y movilización que no pasen por el paro de labores escolares y el bloqueo de calles, carreteras y centros comerciales.
Pese a todo, el movimiento magisterial sigue constituyendo el único contrapeso real a los gobiernos autoritarios que ha padecido Oaxaca. Y por eso mismo sus bases, cuadros medios, corrientes sindicales y dirigentes seccionales están obligados a fijar una postura política con respecto a las elecciones concurrentes de este año. Es una oportunidad histórica para que el cambio de régimen que no consiguieron en el 2006 ahora se obtenga por medio del voto, por la vía pacífica e institucional.
Cualquier otra salida en poco contribuirá a modificar el viejo orden y, en cambio, abonará terreno para perpetuar la simulación, el abuso de poder y la corrupción oficial.

sociedadypolitica.blogspot1.com

Síntesis de la ponencia presentada en el Seminario “Ciudadanía en el Siglo XIX: sus múltiples rostros”, UABJO, Diciembre 3 del 2009.
Publicado en Noticias, diciembre 3 del 2009.

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