EL PODER DE LOS EXGOBERNADORES.
Isidoro Yescas (IISUABJO)
¿Qué tienen en común los exgobernadores de Oaxaca Heladio Ramírez, Diódoro Carrasco y José Murat para que ahora, juntos o por separado, hagan causa común para apostarle a la derrota de URO y de su virtual sucesor Eviel Pérez Magaña?
¿Cómo explicarse que quienes jugaron electoralmente y ejercieron el poder con las reglas del viejo sistema político mexicano ahora aparezcan como antiautoritarios, si no es que demócratas, llamando a votar por el candidato de la Coalición “Unidos por la Paz y el Progreso”, Gabino Cué Monteagudo?
Heladio y Diódoro mantuvieron mas afinidades que diferencias, lo que no sucedió con José Murat quien, como ya es del dominio público, tomó su distancia del primero y con el segundo intentó, junto con Ulises Ruiz, expulsarlo del PRI. Pero la vida y la política da muchas vueltas y, al paso del tiempo, Murat recibió el mismo trato que él había otorgado a su adversario político, Diódoro Carrasco: terminó defenestrado por URO una vez que éste se sentó en la silla que le había heredado.
Para el 2006, los tres exgobernadores aparecieron en una barricada distinta a la del gobernador Ulises Ruiz: mientras el “Coloso de Ayú” mantuvo una prudente distancia del conflicto, DCA, ya para entonces en las filas del PAN, se mostró muy activo y a través de su colaboración semanal en el diario Milenio apoyó la demanda de la desaparición de poderes y/o la renuncia de URO; en cambio, Murat prefirió poner en juego toda su experiencia como cabildero y “benefactor” de organizaciones sociales y líderes de oposición para empujar en el mismo sentido.
Como si se tratara de una segunda oportunidad, ahora los mismos personajes vuelven a coincidir en el objetivo de ajustar cuentas con el ulicismo apoyando la candidatura del opositor al PRI, Gabino Cué Monteagudo.
Y de nueva cuenta es otra vez el exgobernador DCA quien toma la iniciativa de dar la cara al convocar a sus excolaboradores a un desayuno político con el manifiesto interés de enviar una señal a la clase política de que no todo el priísmo oaxaqueño le apuesta al continuismo.
Si su estrategia cumplió o no su cometido está por verse, pero por lo pronto es un hecho que DCA ya dio el primer paso en su proceso de alineamiento público hacia su excolaborador, discípulo y amigo Gabino Cué. Es probable que, bajo otros contextos, también hagan lo mismo los exgobernadores Heladio Ramírez y José Murat y algunos expresidentes del CDE del PRI. Al final de cuentas de lo que se trata es de evidenciar que en Oaxaca el priísmo no es monolítico, que la candidatura de Eviel Pérez Magaña no tiene el apoyo de todos los priístas y que en el escenario de una elección altamente competitiva y cerrada los votos que el priísmo disidente pudiera aportar a la causa de la coalición opositora y de Gabino Cué podrían resultar tan decisivos como el de los electores indecisos .
No es mucho el capital político que conservan los exgobernadores como quedó evidenciado en las elecciones federales del 2009 cuando Murat intentó jugarle las contras a los candidatos ulicistas. Sin embargo, las condiciones políticas de una elección local y concurrente pueden tener un efecto diferente y multiplicador si al activismo de DCA su suman el de HRL, el de Murat y de otros distinguidos priístas que parecieran estar apostando al todo por el todo en esta segunda y última oportunidad para ajustar cuentas con el ulicismo. Hay muchas facturas pendientes por cobrar hacia un gobernador que rompió con la regla no escrita del sistema político de evitar al máximo la confrontación y exclusión de los grupos políticos de los exgobernadores.
Por supuesto, en política nada es gratuito ni desinteresado. Y los exgobernadores que van por la revancha, también exigirán sus cuotas de poder si Gabino Cué gana la elección. De eso ni dudarlo. Y es en este escenario así como en la misma disputa interpardista, en el reacomodo burocrático-político, en la movilización social y en la capacidad que se tenga para cumplir con los compromisos de campaña, en donde se pondrá a prueba si un gobierno distinto al emanado del PRI puede ser tan eficaz, justiciero e incluyente como ahora se promete.
isidoroyescas@yahoo.com.mx
sociedadypolitica1.blogspot.com
¿Qué tienen en común los exgobernadores de Oaxaca Heladio Ramírez, Diódoro Carrasco y José Murat para que ahora, juntos o por separado, hagan causa común para apostarle a la derrota de URO y de su virtual sucesor Eviel Pérez Magaña?
¿Cómo explicarse que quienes jugaron electoralmente y ejercieron el poder con las reglas del viejo sistema político mexicano ahora aparezcan como antiautoritarios, si no es que demócratas, llamando a votar por el candidato de la Coalición “Unidos por la Paz y el Progreso”, Gabino Cué Monteagudo?
Heladio y Diódoro mantuvieron mas afinidades que diferencias, lo que no sucedió con José Murat quien, como ya es del dominio público, tomó su distancia del primero y con el segundo intentó, junto con Ulises Ruiz, expulsarlo del PRI. Pero la vida y la política da muchas vueltas y, al paso del tiempo, Murat recibió el mismo trato que él había otorgado a su adversario político, Diódoro Carrasco: terminó defenestrado por URO una vez que éste se sentó en la silla que le había heredado.
Para el 2006, los tres exgobernadores aparecieron en una barricada distinta a la del gobernador Ulises Ruiz: mientras el “Coloso de Ayú” mantuvo una prudente distancia del conflicto, DCA, ya para entonces en las filas del PAN, se mostró muy activo y a través de su colaboración semanal en el diario Milenio apoyó la demanda de la desaparición de poderes y/o la renuncia de URO; en cambio, Murat prefirió poner en juego toda su experiencia como cabildero y “benefactor” de organizaciones sociales y líderes de oposición para empujar en el mismo sentido.
Como si se tratara de una segunda oportunidad, ahora los mismos personajes vuelven a coincidir en el objetivo de ajustar cuentas con el ulicismo apoyando la candidatura del opositor al PRI, Gabino Cué Monteagudo.
Y de nueva cuenta es otra vez el exgobernador DCA quien toma la iniciativa de dar la cara al convocar a sus excolaboradores a un desayuno político con el manifiesto interés de enviar una señal a la clase política de que no todo el priísmo oaxaqueño le apuesta al continuismo.
Si su estrategia cumplió o no su cometido está por verse, pero por lo pronto es un hecho que DCA ya dio el primer paso en su proceso de alineamiento público hacia su excolaborador, discípulo y amigo Gabino Cué. Es probable que, bajo otros contextos, también hagan lo mismo los exgobernadores Heladio Ramírez y José Murat y algunos expresidentes del CDE del PRI. Al final de cuentas de lo que se trata es de evidenciar que en Oaxaca el priísmo no es monolítico, que la candidatura de Eviel Pérez Magaña no tiene el apoyo de todos los priístas y que en el escenario de una elección altamente competitiva y cerrada los votos que el priísmo disidente pudiera aportar a la causa de la coalición opositora y de Gabino Cué podrían resultar tan decisivos como el de los electores indecisos .
No es mucho el capital político que conservan los exgobernadores como quedó evidenciado en las elecciones federales del 2009 cuando Murat intentó jugarle las contras a los candidatos ulicistas. Sin embargo, las condiciones políticas de una elección local y concurrente pueden tener un efecto diferente y multiplicador si al activismo de DCA su suman el de HRL, el de Murat y de otros distinguidos priístas que parecieran estar apostando al todo por el todo en esta segunda y última oportunidad para ajustar cuentas con el ulicismo. Hay muchas facturas pendientes por cobrar hacia un gobernador que rompió con la regla no escrita del sistema político de evitar al máximo la confrontación y exclusión de los grupos políticos de los exgobernadores.
Por supuesto, en política nada es gratuito ni desinteresado. Y los exgobernadores que van por la revancha, también exigirán sus cuotas de poder si Gabino Cué gana la elección. De eso ni dudarlo. Y es en este escenario así como en la misma disputa interpardista, en el reacomodo burocrático-político, en la movilización social y en la capacidad que se tenga para cumplir con los compromisos de campaña, en donde se pondrá a prueba si un gobierno distinto al emanado del PRI puede ser tan eficaz, justiciero e incluyente como ahora se promete.
isidoroyescas@yahoo.com.mx
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